Desamor


Mucho he escrito ya sobre amor, sobre como encontrar a esa suerte de príncipe encantado de las novelas rosas de tiempos antiguos, más he notado que nunca he hablado del desamor.

¿No es curioso? La mente del escritor está llena de sorpresas, un minuto en nuestra burbuja romántica nos hace componer mil versos o mil historias en un tiempo que parece oro de lo rápido que pasa y lo mucho que vale, no obstante basta un solo segundo en nuestra burbuja del desamor para que nos volvamos unas criaturas profundas y de mano ligera, nuestros lápices vuelan  sobre las hojas en trazos irregulares y oscuros dando vida a nuestra amargura en forma de vil talento, oh sí, el desamor puede ser una fuente tormentosa de una inspiración añorada, pero como todo lo que tiene que ver con el amor es un arma de doble filo.

Hemos estado a punto de caer muchas veces en la rutina de los que se separan solo para volverse a juntar, ninguno quiere valerse por si mismo porque estar en manos de alguien más es más seguro y más fácil, anhelamos compañía y comprensión en personas que nos la puedan brindar antes que en los libros que mucho tienen de teoría y poco de práctica, esperamos tener alguien que sea nuestro compañero, pero pocos nos advierten del terrible riesgo del desamor.

El desamor es como colgar de un precipicio durante días, ese día crucial en que lo que más deseas no es regresar arriba sino que la cuerda se rompa y todo termine más rápido, porque no es lo mismo perder  a quien se quiere que perder a quién se ama.

Nuestro vacío tan amargo y tan grande da paso a actitudes que no nos mantendrán orgullosos pero en el momento nos parecerán de vida o muerte, el desamor es el paso, la puerta que tiene el artista hasta el rincón más profundo de la propia alma, la puerta que le lleva en picada a un éxito de ventas y a una multitud acongojada pero identificada con las palabras que se plasman en el libro, el desamor genera admiración, fuerza, valentía, madurez y sobre todo llanto, porque para ser fuertes debemos saber que se siente el no ser amado, o el dejar de amar, nuestro desamor es quien rige muchos caminos de la vida, tú no eres la excepción.

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