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¿A dónde van a parar los suspiros? ¿Se convertirán en mariposas o pasarán a ser silencio?
Quiéreme cuando nadie más me quiera. Quiéreme cuando esté rota, cuando esté trizada, cuando el peso del mundo me agobie, quiéreme. Deséame cuando nadie más me desee, y deséame cuando todos los demás lo hagan, deséame una vida plena, una vida entera, o una vida corta pero deséame. Olvídame, olvídame cuando más quieras olvidarme, olvídame para que pueda alejarme, olvídame para olvidarme de quererte. Pero en el fondo quiéreme mientras me olvides.
Es en medio del desvelo de los sueños, atrapada entre la visión borrosa de un cansancio invisible que me planteo hacer tantas cosas que no llegaré a hacer en realidad, que me cuestiono sobre cosas que antes no me cuestionaba y que pretendo ser mejor cuando ayer me había prometido lo mismo sin llegar a cumplirlo hoy. Es en el velo de la noche, esperando el amanecer, contando las horas que quedan para oír los primeros (y molestos) cantos de las aves despertar con la primera helada de la mañana, mientras escucho en unos audífonos que si muevo un poco cortan el sonido y por ello mantengo sobre mi pecho con cuidado, el sonido de un pandero acotado dentro de lo que parece un piano la canción de una serie que por mucho tiempo me cautivó. Ice de Madoka, la melodía de las cuerdas, el piano, todo invita a que te centres en un mundo lejano, un mundo suave y nuevo donde todo es hermoso y melancólico a la vez. ¿Me sentiré sola en este mundo lleno de gente? Tal vez sí, tal vez no. Tanto miedo
Creí que sabía muchas cosas, aunque realmente nunca terminamos de aprender ¿no? las cosas van bien por el momento, no han habido imprevistos de esos que tanto descolocan mi vida, es más, todo va tan bien que a veces me asusta, tan bien que parece que algo sí o sí tiene que salir mal. Esperemos que sea solo una impresión.

Había una vez

Había una vez una mujer rota, un hombre roto, un sauce y una frugal mariposa. Había una vez un tronco partido, un ala rota. Había una vez una mujer sola, cuya sombra encajaba por la luz que daba la ventana mientras acariciaba el pelaje de un gato demasiado silencioso. Había una vez un hombre cuya sombra encajaba con la luz de una pantalla mientras la espalda adolorida buscaba la posición menos dolorosa para matar el tiempo. Había una vez una mariposa que sucumbió ante la nieve, y un sauce que se secó desde dentro de su corazón. Había una vez en medio de toda la nieve una loba blanca y un lobo ciego.

Vida

Querías una muerte rápida y una vida lenta. Pero cariño, llevas tanto tiempo viviendo a mil por hora, desgastando y gastando el tiempo, matando minutos y llorando horas que nunca recuperarás. Una muerte lenta y solitaria te esperará por esos caminos, mientras que mi vida, lenta en ocasiones y demasiado rápida cuando estoy contigo, seguirá. Sin arrepentimientos, no tengo nada de que arrepentirme. Porque yo te amé, maldita sea. Porque yo te amé.
¿Crees que no estoy cansada de mí? La gente se harta de las personas tristes. Cuando estamos juntos todo es amor y flores y cuando tenemos problemas nuestro tornado lo arrasa todo, acaba con todo lo bueno a nuestro alrededor. Un desastre. Estoy cansada de mi. Yo tanto como ellos.
Así que así se siente, haberlo dado todo a alguien que solo te dio amor.
Jamás dejará de llover No importa cuanto le reces al cielo porque su luz no volverá a verse por encima de las nubes, jamás dejará de ahogarte entre gotas. No importa cuanto desees un día soleado, las nubes lo consumiran, sobre mi mundo caerá la noche. Jamás dejará de llover.

Opiniones

¿Cómo se encuentran las palabras precisas? ¿El consejo exacto? ¿Existe alguien capaz de darlo? ¿La palabra justa? "No te dejes guiar por lo que digan los demás y toma tus propias decisiones" Necesito una tercera opinión ;-;

Moments

Supongo que de esto están hechos los momentos ¿no? De palabras selladas que te guardas porque no quieres que cosas peores pasen, pero ¿cuánto es demasiado? ¿cuánto es "suficiente"? ¿cuánto está permitido callarse? es una idea que revolotea en mi mente desde hace ya varias noches, son recuerdos y pensamientos que quiero dejar atrás, y tal vez es fácil bloquear los recuerdos... ¿pero es igual de fácil bloquear lo que te hizo sentir la situación? la exposición no se borra, los sentimientos generados no son tan simples de sacar del pecho. Pero tampoco es fácil solo decirlo. No puedo vivir eternamente enfadada por algo que ya pasó, que ya fue, que terminó, que ya prometí que perdonaría, ¿cómo es entonces? ¿me arrepiento de perdonar? no, pero es difícil, pero necesito tiempo. Eso es algo que para algunas personas es tan difícil de ceder... tiempo. Joder, que complicado se ha vuelto hablar de estas cosas. Que difícil se ha tornado esto de ser adultos y tomar decisiones.
Que primero es arriba. Que luego es abajo. Que hoy todo bien. Que hoy todo mal. Que ayer era así. Que hoy es asá.
Como un murmullo. Lleno de voces. La llamada del cielo. El llanto de la tierra. El sudor de mi alma. El esfuerzo de mis demonios. El cambio de mi vida. Como un murmullo en el agua. Como el eco en una cueva de rocas. Como el vacío de tu mirada. Como la nada del horizonte en el mundo de quién una vez lo tuvo todo.

Nada

Yo no te debo nada. Me deje sangre, piel y alma. Deje que correteara el viento por las hojas, que la lluvia arrastrara mis raíces, dejé que la tormenta pudiera con la enredadera y que las pequeñas espinas volvieran a crecer, dejé que los rayos me tocaran, les permití acabar con cada uno de los pétalos, crecí de nuevo tantas veces, volví a empezar otras tantas, una tras otra, gris sobre azul y azul sobre negro, para que ahora todo tome color nuevamente, no uno, no dos, no tres. Colores que nunca nadie ha visto ni verá, colores que salen del alma, colores nuevos, positivos, colores de un día soleado, lejos de la lluvia, lejos del viento, lejos de la arboleda. Yo no te debo nada.
Yo era la buena con las palabras. Yo era la buena. Yo era tantas cosas.
Te fuiste de aquí antes de que tus ojos pudieran ver el mundo, te fuiste sin saber lo que es un abrazo, una palabra dulce, un beso antes de dormir. Te fuiste de aquí antes de que tu voz se escuchara, antes de tu primer te quiero, antes de tu primer te amo. Te fuiste de aquí sin saber lo mucho que nos harías falta. Te fuiste de aquí y me dejaste atrás.

Decimos larga historia porque contarla todavía duele

Ella me pregunta por ti con una sonrisa en sus labios pero la precaución en la mirada, las otras se unen a su entusiasmo confidente, regalándome sonrisas de falso apoyo, palmadas en el hombro, miradas mudas de expectación. Y yo sonrío tan falsamente como ellas, junto mis manos una al lado de la otra sobre la mesa y dejo que mi mirada baje hasta ellas. -Es una larga historia.