Decimos larga historia porque contarla todavía duele

Ella me pregunta por ti con una sonrisa en sus labios pero la precaución en la mirada, las otras se unen a su entusiasmo confidente, regalándome sonrisas de falso apoyo, palmadas en el hombro, miradas mudas de expectación.

Y yo sonrío tan falsamente como ellas, junto mis manos una al lado de la otra sobre la mesa y dejo que mi mirada baje hasta ellas.

-Es una larga historia.

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