Unas Notas Diarias

Sé todo sobre ti, sé lo que eres, quién fuiste, como fuiste cambiando, madurando, conozco cada historia, porque me las cuentas muchas veces, conozco tus secretos, excepto esos pocos, esas excepciones que te guardas para ti, conozco el sonido de tu risa, y también siento en mí tus sonrisas, conozco el tacto de tus labios, la suavidad de tu pelo, el aroma de tu cuello, el tamaño exacto de tus manos, sé como duermes, como respiras, lo fuerte que late tu corazón, sé de tus palab ras, ideologías, pensamientos al aire, conozco tu yo silencioso, ese que solo pide comprensión y abrazos, ese que se apega a mí como si la vida le fuera en ello, y conozco a tu otro yo, ese que le muestras a los demás, ese que es todo luz y energía. Te conozco por entero, te conozco desde que cruzamos una mirada, te conozco, y lo más gracioso es, que aún así, jamás te comprendí.

<<Creí que todo sería perfecto, creí que si pensaba con todas mis fuerzas que lo conseguiría iba a lograrlo, que nada podía salirme mal en un mundo que yo misma había inventado porque todas las cosas estarían siempre a mi favor, olvidé las pesadillas, mis miedos y me sumergí en todo lo que siempre había deseado, ¿y qué tengo? todo y nada. No tengo un amor real, es puro y sin manchas pero eso es porque no existe, se trata de aceptar defectos y tomar caminos que yo no he tomado  porque en este mundo todo se me da y lo que yo deseo lo obtengo. Pero no, no puedo dejarme caer ahora que estoy tan cerca de lograr la meta, de entender que es lo que hay más allá de mi conciencia y encontrar al fin esa respuesta a mis preguntas. Tendré que enfrentar mis miedos, y no quiero hacerlo pero tampoco me dejaré paralizar, los cobardes solo corren y yo sé que no soy una, pero tengo miedo y ese es el instinto natural, lo único que me queda real en mi propio mundo. Perdí, ame, eché a perder y

No sé si existen personajes perfectos. No sé tampoco si existe algo que pueda calificar como una obra perfecta, todas las obras son perfectas para quién las entiende. Es más fácil, después de todo esperar algo que puedas entender, a esperar algo que te pueda impresionar. Es por eso que él tiene que seguir adelante, ya no se trata solo de sus errores y de la búsqueda de redención, es algo más, Lamberth se ha convertido en mis emociones, he trabajado tanto en su personalidad que ha adoptado cualidades tan humanas que ya no creo que su existencia pueda ser contenida solo en unas páginas, la pelea que da es algo que deja una marca, como cada cosa importante en la vida, y como aquellas también es que llegó de improviso y sin que yo lo esperara, alguien que ama, pelea y pierde por igual, no solo me da la sensación de que es injusto su final nada feliz, creo que es injusto y correcto. Tal vez aquí está el dilema, no es justo aniquilar a un personaje que está tan dentro del escritor, t

Eran dos mitades. Uno para el otro, lejanos y cercanos a la vez, tan similares y tan diferentes que el tiempo parecía detenerse cada vez que se miraban, cada vez que hablaban, cada vez que compartían. Ella era a mitad confundida, aquella cuya mirada se perdía en el infinito sin distinguir bien lo real de lo imaginario, o el cielo de la tierra, su interés se pedía entre las nubes vagas, en el olor del aire que acusaba primavera, la tierra recién mojada, el viento golpeando firmemente entre sus dedos y su cabello luchando contra él en busca de conservar aquella coleta imperfecta que tanto la caracterizaba. Él era la mitad altiva, la de mirada despectiva, parecía dispuesto a comerse el mundo, a conquistarlo todo o quemar hasta los cimientos solo con la intensidad de su mirar, su sonrisa delataba esa comisura soñadora que pocos lograban identificar. Ella también compartía esa sonrisa, pero un toque de lascivia en el extremo correcto dejaba ver la mella que hacia en ella el paso d

-¿Qué llevas bajo ese abrigo, Kappa? - preguntó una figura oscura en medio de la lluvia. -Tú lo sabes bien, mi amigo Tobías, mi trabajo es ir de aquí para allá llevando esta carga para aquellos que la piden. -Me figuro que es un buen negocio entonces, si bienes a medianoche con una de estas tormentas que no escampan. -Lo es mi buen Tobías, ciertamente es un buen negocio. -¿Entonces? ¿A quién le llevas tan misterioso encargo? -A un encapuchado que espera bajo la lluvia desde hace tres horas amigo mío, es un hombre que ha estado esperando mucho tiempo uno de estos productos y hoy he venido a pesar de la tormenta para darle aquello que hace tanto tiempo pide. -¿No te referirás a mí, cierto Kappa? He llevado una vida buena y no me apetecería meterme en algún trabajo sucio que pueda poner en duda una vida sin mancha. -Al contrario mi amigo, al contrario, lo que te ofrezco no es mancha ni barniz, he venido aquí esta noche con algo mucho mejor. Kappa dejó al descubierto una b