La mañana del uno de Diciembre desperté con la certeza de que iba a morir. Estaba claro, fue lo primero que se me vino a la mente al despertar, "hoy es el día" me dije para mí, y una vez que lo hube comprendido el resto del día pasó como si fuera un sueño, me levanté con la sensación de ser un fantasma, sintiendo manos y piernas vagas como cuando estás muy resfriado y te toma la fiebre, como cuando te duele la espalda solo por el hecho de estar de pie, como cuando arrastras los pies porque los tienes dormidos. Por un momento se me ocurrió que quizás debería decirle a alguien que me iba a morir, tal vez pedir una disculpa a alguien con quién tuviese un problema pendiente, a lo mejor despedirme de alguien especial, ¿me creería alguien? por un momento me quedé tiesa en la cama, sentada mirando al suelo, ¿tendría alguien más esa sensación en los huesos?, ¿ese escalofrío en la mente?, ¿mi andar de fantasma?, ¿mi angustia interna?, ¿sabría alguien más que yo hoy iba a morir? mi