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Mostrando entradas de noviembre, 2015
Hay personas que piden prioridad, pero no priorizan. Personas que piden tu atención, la reclaman. Pero cuando tu la pides, no la obtienes. Hay personas que deberían ser más consecuentes. Hay personas que de a poco, se pierden.

Cumplir promesas

Por un momento el mundo entero se paralizó, el viento, los árboles, incluso las ondas que habíamos provocado lanzando guijarros en el agua, todo estaba mudo, quieto, congelado. Pasaron segundos, minutos, tal vez horas y creí que ibas a volver, que dirías que hablaste sin pensar, que no podías vivir sin mí, pero no volviste, y tu vida continuó a pesar de tus promesas, y creo que fue lo correcto. Creo que te fuiste, y eso está bien. Yo no podría haberte abandonado por mi propia cuenta.

Huele a muerte

Huele a incienso, la habitación. Nadie a prendido incienso desde ayer. Cada hora el olor se concentra más, busco con la mirada cosas vacías, cosas que estén huecas, lo que está hueco necesita llenarse, necesita vida, llama y convive con la muerte. Huele a muerte. Los inciensos sin encender no dejan de moverse, no hay muñecas ni cosas vacías, no hay espacios en blanco. Una vela se enciende. Todo huele a incienso.
Existe un tipo de resentimiento, que no es odio,  ni desesperación. Se trata de saber lo que tienes, de saber que hacer cuando lo tienes, y de cuidarlo. Justamente lo que no estás haciendo. Y hay resentimiento, y dolor. Y por otro lado, felicidad.
Fue en medio de toda esa turbación que lo vi sentado frente a mi, esperando, observándome como si todo su mundo se contemplara en mi, en mis ojos, en mi pelo, en mi sonrisa. Y sonreí, y el me devolvió la sonrisa. Por primera vez quise desnudarme ante alguien, no solo quitarse la ropa, quise mostrarle mi alma, quedar al descubierto y saberme vulnerable, le di poder sobre mí porque quise que él me tuviera, que me amara, que me llenara de amor, de cariño, y que me dejara amarlo como yo sé.  Cuando ya se había caído hasta la última prenda lo noté, yo era deseada, era amada, era adorada, era contemplada como si fuera la última copa de agua en medio del desierto, el último aliento del alma al salir del cuerpo, como si yo fuera el sol, o la luna y las estrellas, como si yo lo fuera todo.  Y me besó. Y lo besé.