Cumplir promesas

Por un momento el mundo entero se paralizó, el viento, los árboles, incluso las ondas que habíamos provocado lanzando guijarros en el agua, todo estaba mudo, quieto, congelado. Pasaron segundos, minutos, tal vez horas y creí que ibas a volver, que dirías que hablaste sin pensar, que no podías vivir sin mí, pero no volviste, y tu vida continuó a pesar de tus promesas, y creo que fue lo correcto. Creo que te fuiste, y eso está bien.

Yo no podría haberte abandonado por mi propia cuenta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

:)

No esta noche

El vendedor de sueños