Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2015
¿Qué pensarías de mi? ¿Quedará algo en común entre los dos como para que me escuches? ¿Habrá un mínima posibilidad de que por un solo día lija y terciopelo se den el tiempo para hablar? O habrá que volar por el balcón con lo puesto, diciendo adiós a todo aquello que me cansa, a todo aquello que ya se ha vuelto no solo marea sino también bruma. Me iré sonriendo.

Anna (III)

¿Es así como se sentiría la depresión? Una pena lastimera e intensa recorría a Anna, no solo cada noche, también en las mañanas, al atardecer, en todo momento. Era una pena que surgía sola, una que no notaba hasta que las lágrimas nacían de sus ojos sin quererlas y se esparcían por su rostro, simplemente cayendo, sin cesar. Recuerdos que creía borrados se esparcían por su mente nuevamente, llenándola de dudas que hacían que el presente pendiera de un hilo, ¿cómo olvidar otra vez? ¿cómo decirle a alguien...? Las lágrimas seguían cayendo, ¿por qué todo momento feliz terminaba en desdicha? Anna lo sabía, pero muy en el fondo no quería admitir que el truco había funcionado, que había cedido parte de su felicidad para tomar parte de una tristeza, de una depresión. ¿Por qué alguien haría algo así? ¿Por qué dar felicidad a alguien lleno de demonios internos? ¿Por qué prestarle alegría a cambio de un dolor constante e irrenunciable? Claro, por amor.