¿Qué pensarías de mi?

¿Quedará algo en común entre los dos como para que me escuches?

¿Habrá un mínima posibilidad de que por un solo día lija y terciopelo se den el tiempo para hablar?

O habrá que volar por el balcón con lo puesto, diciendo adiós a todo aquello que me cansa, a todo aquello que ya se ha vuelto no solo marea sino también bruma.

Me iré sonriendo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

:)

No esta noche

El vendedor de sueños