Una pequeña historia de demonios
-Julieta... -¿Qué demonios quieres? -¿Es literal? Porque no deberías jugar con los demonios, ya sabes. -Quiero que te largues, eso es literal. -Julieta... - rezongó el demonio. -¡Que ya dejes de llamarme así! Mi nombre es Yuuki... YUUKI. -No recuerdo que te molestara cuando Kradness lo dice - se indignó el demonio. Las mejillas de Yuuki se encendieron, haciendo que el oscuro verde de su ojo derecho se hiciera más notorio. -¡Largo de mi casa! - bufó exasperada, arrastrando los pies hasta la sala. -¡Eres la peor media hermana que he tenido! - se quejó el castaño, sonriendo. -¿No puedes dejar de molestar? ¿Cuál es el jodido gusto? El demonio la ignoró y procedió a limpiar el desastre que su hermana había dejado en la cocina, le sorprendía la torpeza de los humanos, pero aún más la de Yuuki. La joven castaña hacía pucheros desde el sillón, maldiciendo por lo bajo y acomodando sus largas calcetas para hacerlas sobresalir de los botines, y en eso, una mano desordenó sus cabe