Unas Notas Diarias

Soy consciente de que no tengo nada que ofrecerte: Tengo un carácter de los mil demonios, una lengua filosa y malintencionada, un par de ojos tristes y una historia atorada en la garganta, dos manos, mucho sentimiento, mucho llanto y momentos que no olvidaremos, y eso es todo lo que puedo darte, además de a mí misma. Y si me tomas, te llevaré conmigo hasta el borde del infierno. Y si me acompañas, te seguiré a donde sea desde ahí. De eso es lo que se trata. Subimos y bajamos. Igual que la marea.

Los portazos resuenan por la casa, pero ya no quiero moverme, ya no quiero justificarme, ya no quiero disculparme. Estoy tan cansada, tan dolorida, tan rota... Tan invisible. Tengo tantas cosas por hacer, tantas cosas que me gustaría escribir, tantas cosas que me gustaría decir y no encuentro las palabras. Escucho maldiciones entre dientes junto a los portazos, pero ya no quiero moverme, ya no quiero secar mis lágrimas, ya no quiero disculparme. Estoy tan cansada, tan exhausta y me siento tan pequeña, tan sola, tan insignificante. Sé lo que me espera en unas horas. Sé lo que tengo que hacer, lo que tengo que decir como debo actuar. Pero yo no quiero redimirme. Estoy tan cansada de arreglarlo todo, de caer en gracia, de pedir disculpas. Estoy tan cansada que me siento sola. Y lloro. Porque no me quedan fuerzas para nada más.

La noche parecía haber cubierto por completo Casa Espada, la oscuridad reinaba en cada pasillo y habitación, ni siquiera el tragaluz que dominaba la planta principal dejaba pasar el atisbo de una estrella, y el frío parecía colarse por cada rendija de ventana y puerta, no daba tregua a nadie. Aly continúo caminando pese a que su aliento dibujaba espirales en el aire, la luz se había cortado por la tormenta pero los candelabros le habían servido de lámpara en la oscuridad, temía que en algún momento la cera derretida cayera sobre su mano deslizándose por el bronce, pero no llegó a pasar, con mucha precaución Aly bajó la escalera y caminó hasta la puerta principal, el tragaluz absorbía con su grueso vitral el sonido de la lluvia, pero no podía hacer nada con los ruidos de los truenos. -Una tormenta - susurró para si misma. La última vez que había habido una tormenta una chiquilla había caminado en el Puente Viejo, o como  lo llamaban los habitantes de Assrai, el Puente de la Niebla

A pesar del pasado hay días en que me gustaría saber algo de ustedes sin involuntariamente desearles el mal  Emoticono unsure  Me gustaría que todo se borrara, que jamás hubieran cambiado de la drástica manera en que lo hicieron, me arrepiento también de algunas de mis decisiones, me gustaría cerrar ese ciclo, llamarlas, conversar con ustedes sin sarcasmo ni odio entre medio, con una de ustedes claro, pedir eso es un milagro. Aún así me gustaría hacerlo un día, poder aclarar las cosas, disculparme por última vez, me da igual si se arrepienten o no de lo que hicieron, me da igual si no se disculpan conmigo, solo quiero cerrar el ciclo, para poder seguir viendo esas fotos en mi pared.

Hay personas que piden prioridad, pero no priorizan. Personas que piden tu atención, la reclaman. Pero cuando tu la pides, no la obtienes. Hay personas que deberían ser más consecuentes. Hay personas que de a poco, se pierden.

Por un momento el mundo entero se paralizó, el viento, los árboles, incluso las ondas que habíamos provocado lanzando guijarros en el agua, todo estaba mudo, quieto, congelado. Pasaron segundos, minutos, tal vez horas y creí que ibas a volver, que dirías que hablaste sin pensar, que no podías vivir sin mí, pero no volviste, y tu vida continuó a pesar de tus promesas, y creo que fue lo correcto. Creo que te fuiste, y eso está bien. Yo no podría haberte abandonado por mi propia cuenta.

Huele a incienso, la habitación. Nadie a prendido incienso desde ayer. Cada hora el olor se concentra más, busco con la mirada cosas vacías, cosas que estén huecas, lo que está hueco necesita llenarse, necesita vida, llama y convive con la muerte. Huele a muerte. Los inciensos sin encender no dejan de moverse, no hay muñecas ni cosas vacías, no hay espacios en blanco. Una vela se enciende. Todo huele a incienso.

Existe un tipo de resentimiento, que no es odio,  ni desesperación. Se trata de saber lo que tienes, de saber que hacer cuando lo tienes, y de cuidarlo. Justamente lo que no estás haciendo. Y hay resentimiento, y dolor. Y por otro lado, felicidad.

Fue en medio de toda esa turbación que lo vi sentado frente a mi, esperando, observándome como si todo su mundo se contemplara en mi, en mis ojos, en mi pelo, en mi sonrisa. Y sonreí, y el me devolvió la sonrisa. Por primera vez quise desnudarme ante alguien, no solo quitarse la ropa, quise mostrarle mi alma, quedar al descubierto y saberme vulnerable, le di poder sobre mí porque quise que él me tuviera, que me amara, que me llenara de amor, de cariño, y que me dejara amarlo como yo sé.  Cuando ya se había caído hasta la última prenda lo noté, yo era deseada, era amada, era adorada, era contemplada como si fuera la última copa de agua en medio del desierto, el último aliento del alma al salir del cuerpo, como si yo fuera el sol, o la luna y las estrellas, como si yo lo fuera todo.  Y me besó. Y lo besé.

¿Qué pensarías de mi? ¿Quedará algo en común entre los dos como para que me escuches? ¿Habrá un mínima posibilidad de que por un solo día lija y terciopelo se den el tiempo para hablar? O habrá que volar por el balcón con lo puesto, diciendo adiós a todo aquello que me cansa, a todo aquello que ya se ha vuelto no solo marea sino también bruma. Me iré sonriendo.

¿Es así como se sentiría la depresión? Una pena lastimera e intensa recorría a Anna, no solo cada noche, también en las mañanas, al atardecer, en todo momento. Era una pena que surgía sola, una que no notaba hasta que las lágrimas nacían de sus ojos sin quererlas y se esparcían por su rostro, simplemente cayendo, sin cesar. Recuerdos que creía borrados se esparcían por su mente nuevamente, llenándola de dudas que hacían que el presente pendiera de un hilo, ¿cómo olvidar otra vez? ¿cómo decirle a alguien...? Las lágrimas seguían cayendo, ¿por qué todo momento feliz terminaba en desdicha? Anna lo sabía, pero muy en el fondo no quería admitir que el truco había funcionado, que había cedido parte de su felicidad para tomar parte de una tristeza, de una depresión. ¿Por qué alguien haría algo así? ¿Por qué dar felicidad a alguien lleno de demonios internos? ¿Por qué prestarle alegría a cambio de un dolor constante e irrenunciable? Claro, por amor.

Un ángel me contó que ya no tienes cerraduras que el único candado que quedaba en ti se congeló y así ha quedado que has perdido amigos que has ganado amigos que todo el mundo sigue girando y que tu giras con él y que las cuerdas arrancaron por primera vez, para todos un secreto congelado de tu alma una voz que se podía romper aquello que siempre pensaste compartir y aquello que nunca pudo ser porque fuimos, somos y seremos como bien has dicho nada.

Ojalá supieras, que yo siempre he estado dos pasos tras de ti, que nos hayamos encontrado ahora, eso, es mera casualidad.

¿Por qué no me siento como si fuera yo? Todo de repente me parece incorrecto y doloroso, cada palabra cariñosa se me atasca en la garganta y se me va a los ojos, tantos nudos dentro de mí que no dejan escapar ni un suspiro. ¿Por qué me siento como otra persona? Alguien que mira a través de mis ojos, que siente a través de mi cuerpo y no siente nada, no ve nada, no imagina nada. ¿Por qué no mejoro con el tiempo? Se me acumulan las ganas de salir corriendo y olvidarme de todo lo que ha pasado, tengo ganas desde hace tiempo, de olvidar todo. ¿Por qué todo es extraño? Y se ha vuelto... irrenunciable.

Somos testigos de esta banda elástica, de este sube y baja irrenunciable, de esta goma que se estira pero nunca se separa ni se fragmenta, somos testigos de que no podemos sacarnos de la vida del otro. No importa cuando tiempo pase, somos necesarios. Tal vez eso es la verdadera amistad.

Hubo pocos momentos en los que fui capaz de amar la lluvia. Pocos días de sol que realmente se sintieran como un día feliz. Pocas sonrisas que se contagiaran en mi rostro. Pocas risas verdaderas. Hubo pocos momentos en los que me sentí capaz de subir a un árbol. Pocos momentos en que me detuve a recoger las hojas que caían. Hubo pocos pasos en direcciones correctas. Hubo poca vida. Otra vida.

Soy un cristal trizado al que le dibujaron una sonrisa con el poco aliento que quedaba.

A veces Ana se perdía a si misma, una angustia austera la embargaba y sus lágrimas quedaban en sus ojos mientras ella miraba hacia arriba para no dejarlas ir. A veces a Ana le hablaba su demonio, ese que nos tortura a todos, ese que nos incapacita cuando estamos asustados, ese demonio no la dejaba comer, hacia que le costara dormir, beber incluso respirar. A veces Ana quería morir, y luego se daba cuenta, de que ya se estaba muriendo.

Ana se estaba muriendo. Se iba muy de a poco y nadie parecía darse cuenta. A veces se le iba el habla, y pasaba los días en completo silencio. A veces se le iba el color, y parecía pálida como un fantasma. A veces dos ojeras se colgaban de sus ojos como tristes marcas entre rojas y violetas. Nadie parecía darse cuenta de que pronto iba a desaparecer.

La mañana del uno de Diciembre desperté con la certeza de que iba a morir. Estaba claro, fue lo primero que se me vino a la mente al despertar, "hoy es el día" me dije para mí, y una vez que lo hube comprendido el resto del día pasó como si fuera un sueño, me levanté con la sensación de ser un fantasma, sintiendo manos y piernas vagas como cuando estás muy resfriado y te toma la fiebre, como cuando te duele la espalda solo por el hecho de estar de pie, como cuando arrastras los pies porque los tienes dormidos. Por un momento se me ocurrió que quizás debería decirle a alguien que me iba a morir, tal vez pedir una disculpa a alguien con quién tuviese un problema pendiente, a lo mejor despedirme de alguien especial, ¿me creería alguien? por un momento me quedé tiesa en la cama, sentada mirando al suelo, ¿tendría alguien más esa sensación en los huesos?, ¿ese escalofrío en la mente?, ¿mi andar de fantasma?, ¿mi angustia interna?, ¿sabría alguien más que yo hoy iba a morir? mi

Me gusta esa gente que se enamora lento, sin prisas, todo en calma, todo se da con tiempo, con confianza, esa gente que parece que vio a esa persona y ¡PUFF! son el uno para el otro. Me gusta esa gente, pero para mí, eso no es "amor". (No digo que no exista gente que se enamora de esa manera, es completamente posible que contrario a lo que pienso haya gente que esté casada 50 años y se halla conocido así) Pero a mi me gusta el amor loco, ese que llega a tu vida y te pone todo de cabeza, ese cuya confianza hay que ganarse con hechos y no tanto con palabras, ese que te la pone difícil, que te hace pruebas, que en un minuto pende de un hilo y si logras remontar desde ahí, sabes que será eterno o al menos durará por mucho tiempo más, ese que una vez que sabe que tú eres para él, en ese momento, se deja amar. Ese amor que se comparte con besos, con caricias, con comida, con sexo, con caminatas y conversaciones que no tienen mucho sentido, ese amor que hace que aunque se enfad

Ella era hermosa cuando estaba rota. No me malinterpreten, ella era hermosa a todas horas, algunas veces más que otras, pero siempre hermosa. Con el pelo desordenado de la mañana, algún resquicio de líquido seco a un costado de su boca, las ojeras oscuras por dormirse tarde, ella era hermosa entonces, a lo mejor a primera vista no lo parecía pero en cuanto habría los ojos y sonreía... Ya no había defectos, solo una mujer hermosa, despertando de una noche larga, una mujer cansada regalándote su primera sonrisa del día. También era hermosa al comer, cuando la salsa de la pasta le quedaba en la comisura de la boca, y por mucho que la limpiara quedaba más roja esa pequeña porción de su labio, era hermosa cuando servía los platos decorados con amor y cariño, era hermosa cuando daba el postre junto a un beso en la mejilla, y cuando levantaba la mesa apurada para alcanzar a lavar los platos con agua caliente del hervidor para el café. Era hermosa de noche, antes de dormir, con esos pij

Una vez, en un jardín lleno de flores bellas, hermosas, coloridas y de flores poco agraciadas, rencorosas y marchitas, un pequeño botón salió a la luz desde un pequeño brote verde en el suelo, tenía una familia amplia, extensa y amorosa (a su manera) así que en sus primeros años el botón creció feliz, amaba a las flores que le rodeaban y quería ser como ellas cuando se abriera y mostrara su verdadero corazón, con el tiempo otros botones de flor, por envidia o quién sabe por qué, comenzaron a insultar sus hojas, a llamar pequeño a su tallo, a decirle que como flor se marchitaría antes de que uno solo de sus pétalos viera la luz. A ese botón le salieron espinas. Eran pequeñas, puntiagudas y letales, dotadas de belleza pero impregnadas en veneno, una de las flores que aún no se abría, atraída por esas espinas intento acercarse a la pequeña rosa quién recién comenzaba a descubrir lo que era, pasó con ella un tiempo, pero las heridas que la espina le ocasionaba terminaron demostrando qu

¿Por qué lloramos en silencio? Es un dolor tan grande, tan intenso, que cuesta creer que el motivo de tan grandes lágrimas sea tan estúpido, aunque supongo que no debería sorprenderme. Dicen que los sauces mueven casi imperceptiblemente sus ramas cuando lloran, me pregunto como lloran las rosas o las enredaderas, tengo la creencia de que se tragan sus propias espinas, o que al contrario, expulsan más para no dejar que nadie se acerque a ellas mientras sus pétalos se van marchitando. No puedes abrazar a una rosa sin salir herido. Las rosas son las reinas del jardín, las más bellas, las más vanidosas. Si esa es una descripción apropiada ya no quiero ser una rosa. Déjenme ser una flor cualquiera, una flor negra, no por ser distinta al resto (creo que hay muchas personas similares a mi) sino para comprender la manera en que lloro mis tristezas, para poder inventar una forma en la que no necesite espinas para protegerme, dejen que elija ese abrazo de consuelo sin herir a nadie. Deje

Si no te sientes feliz. HAZ ALGO AL RESPECTO. Yo por ejemplo, a veces tengo la sensación de que sería feliz si estudiara más... Entonces me pongo a publicar en el blog y se me pasa.

Llega un momento en la vida en que te detienes sin mirar alrededor, metes las manos a los bolsillos, miras al suelo, suspiras, sonríes aguantando dos gruesas lágrimas, miras de nuevo al frente y sigues caminando. Se llama, "no mirar atrás" sabiendo que lo que estás haciendo, es lo que había que hacer.

No confíes en nadie. No puedes llegar y depositar TODA tu confianza en un desconocido del que no sabes nada, y si realmente crees que vale la pena entonces asegúrate de saber cuantas personas le han dañado en la vida. Porque una de las grandes cualidades que tienen las personas rotas es saber herir (a conciencia o no) con sus pedazos. No le ruegues a nadie. Si no quiere tu compañía ¿Por qué le sigues? Si te quiere lejos ¿Por qué te acercas? Si ya no te ama, no ruegues amor, el amor es algo por lo que nadie debería rogar. No esperes nada de nadie. Muy pocas personas esperan a que otra persona las traicione, es por eso que hay tantos corazones rotos en el mundo.

Palabras y excusas, lágrimas al aire, llora dolor ajeno, llora dolor propio. Y cuando termines de llorar, no vuelvas a hacerlo. Vale más la pena llorar por lo que no es temido que por lo que temes, es más fácil convencerse de que si dejas de repetirlo dejará de pasar, de que todo cambiará de que todo va a estar bien. Paso por paso y matando el momento, matando el entierro, cavando en la tumba, escupiendo en el cielo. Paso a paso quemando todo alrededor. Matando y muriendo, morir riendo, morir. Y ya no sentir nada.

Dos botones por ojos. Cose con hilo y aguja, un derecho y un revés, una equis y ata el nudo. Una sonrisa echa de hilo y papel, que a veces parece cierre, que a veces parece una línea, que a veces parece ser real. Cose con hilo y aguja, un derecho y un revés, una equis y ata el nudo. Unas manos frías y temblorosas echas de papel y dolor, de cortes y cicatrices, de hiel y hueso, de polvo y sudor. Cose con hilo y aguja, un derecho y un revés, una equis y ata el nudo. Hueco por dentro, una llama en el centro que arde y arde hasta en lo que no puede arder, que consume la vida, la historia, el momento. Cose con hilo y aguja, un derecho y un revés, una equis y ata el nudo. Sin vida, marchito, hueco, una triste marioneta, una triste marioneta sin sonrisa, sin ojos, sin corazón, unida por hielo y aguja, por derecho y por revés con una equis y un triste nudo. Dando tumbos por la vida sin apenas mover los pies, amando y no amando, queriendo y no queriendo, expulsando el humo de

Si algún día decido que no sé que hacer con mi vida, te mataré. No va a ser fácil, no será simple y te juro que no será rápido, analizaré todas mis posibilidades, e incluso, si lo veo necesario actuaré bajo efectos de drogas adrede para que mi condena baje y tu dolor suba, porque lo digo completamente convencida: te mataré. No te esperaré fuera de casa, no te observaré ni te enviaré amenazas, no me convertiré en tu sombra, tú nunca sabrás que existo, y cuando lo sepas tampoco sabrás mi nombre, nada va a quedar al azar pero nadie lo notará tampoco, todo va a ser perfecto, tan perfecto que nadie sospechará, nadie sabrá jamás que te mataré, y después de muerta es posible que nadie sepa que fui yo quién acabó con tu vida. Me regodearé con cada gemido de dolor que sueltes, disfrutaré como nunca he disfrutado al ver el dolor en tus ojos, y el espanto, en cuanto trates de zafarte será mi turno de jugar, pero antes de matarte tendrás que oírme, porque voy a dictar el veredicto final con

Cuando alguien (cualquier persona) me hablaba sobre matrimonio, mi primera respuesta siempre era: "No me imagino despertar todos los días de mi vida con la misma persona" Decía eso, hasta que desperté contigo.

¿Han escuchado la frase... Es que si tu me dejas yo me muero? El amor no mata, pero muchas veces te toca tan hondo que cuando no lo tienes se lleva con el un trozo (no pequeño) de tu vida. Se lleva los momentos felices, el sentimiento en sí de la felicidad, las ganas de reír con fuerza, la luz de los ojos y la sensación de protección. Así que cuando realmente amen a una persona no la dejen a menos que sea necesario, "necesario" es una palabra importante, las peleas y las discusiones se resuelven de buenas maneras, sólo asegúrate de irte antes de hacerle un daño mayor, porque si te llevas una parte de su vida estando a su lado y "amando" a esa persona, lo matarás antes de que sea realmente feliz, y estarás haciendo de su vida, muy de a poco, todo un infierno.

Muchas mujeres tienen su propio concepto de la verdadera belleza. Es por eso que muchas mujeres no se quieren a si mismas. Lo que diré respecto a eso es que, si no te gusta como eres probablemente nunca has estado al lado de una persona que realmente te ama... Porque cuando lo estás te aseguro, que cada mínimo desperfecto, cada lunar de más, esa espinilla que no te deja dormir, el pelo que siempre se te va a la cara, ese desperfecto en tu abdomen, ese sobrepeso que tanto te preocupa... No es nada. Si realmente te ama, te sentirás bonita, y no digo te hará sentir, digo que tú lo sentirás. Cuando amas a una persona puedes ver todos sus defectos sin que te importen, y ese gesto, ese gesto realmente es verdadera belleza.

"Castiga pues, a rompe de viento y promesas, que giran los nudos como giran las copas y se mecen las hojas, que cambia de dirección y de rumbo montando olas como si fueran nubes y entre nubes perezcamos, espuma, marea."

¿Por qué decir te amo no me parece suficiente? Necesito demostrarlo, ¿Cómo puedo demostrarlo? Necesito darlo todo, y es eso ahora, una necesidad, una necesidad que por ahora es sana.

Escucho murmullos de peleas invisibles, peleas que no existen, peleas que se que ocurrirán. Es tan tensionante, tan irritante, tan desagradable. Pero una vez leí que las personas no están en mi contra, solo están a favor de ellas mismas. Así que quería decirles a las dos personas de peleas invisibles allá abajo: Que si vas a amar a alguien procura estar también a su favor.

Algunas veces no nos damos cuenta de lo frágiles que somos, hasta que una palabra nos abre una grieta, y nos volvemos conscientes de que somos vulnerables.

Hay personas que todavía no entienden la magnitud con la que se puede amar a una persona. Hay personas cuya manera de amar descoloca, cuya manera de amar sobrepasa a de otros, cuya manera de amar es enferma, o bizarra, otros cuya manera de amar es darlo todo en el camino. Me pregunto cuántas personas lo hacen, cuántas personas abrazan la almohada al dormir imaginando a la persona que aman, cuantas personas sienten el perfume del otro en su cama y lo aspiran deseando que el olor jamás se vaya, me pregunto cuántas cerraran los ojos y recordaran cada momento feliz, cada momento intenso, tenso o relajado, cuántas personas le sacarán fotos a las conversaciones cursis. Me pregunto si habrá más gente por ahí como yo.

Si ella se hubiera quedado sentada en aquella banca en la plaza, si hubiera esperado cinco minutos más con el frío lamiendo sus mejillas y la angustia royendo su mente, cinco minutos más con el viento, el cansancio el dolor en su interior... tal vez ella habría visto al amor de su vida pasar ante sus ojos, o tal vez no. Si él se hubiera detenido cinco minutos antes, si hubiera dejado lo que estaba haciendo, si hubiera avisado, si se hubiera preocupado o tal vez si hubiera respetado la primera vez que ella le dijo que no, o la última, antes de que se rindiera ante él, si se hubiera detenido esos cinco minutos antes, probablemente ella no hubiera quedado embarazada. En cinco minutos más llegarán los padres de ella, o tal vez no llegarán en cinco minutos, pero ella tiene esa cantidad de tiempo para dejar ir sus emociones, se lo permite solo durante cinco minutos, el llanto inflexible de quién a perdido lo más valioso que tenía sin conocerlo. Han pasado más de cinco minutos, los padr

¿Es posible amar tanto a una persona?

Una leve noción del tiempo, no la suficiente, no la adecuada. Una pequeña mariposa, delicada, arrastrada por los vientos de norte contra los que sus alas no son nada. Una pequeña mariposa ha venido a dar en mis manos, tan frágil, tan débil, y es entonces cuando tengo dos caminos, dejar que la arrastre la ventolera o protegerla hasta que todo pase. Una pequeña y frágil mariposa. Una tormenta de invierno. Una decisión. Cierro los ojos antes de decidir.

Suplantando identidades.

Y te busco por caminos que no existen y por otros que borró la carretera. Y te busco.

Estaba tan alto que cuando caí... No supe donde estaba.

Me pidieron que les hablara del frío, cómo es, qué se siente. Así que les hablé de tus ojos pardos cuando piensas, de tu boca cuando haces una mueca, de tus manos cuando no las metes en los bolsillos, de tus besos, de la menta.  Les hablé de mi propio invierno.

La otra noche perdí mi corazón. Se perdió entre las sombras, huyó despavorido dejando tras de si un sonido de cristales rotos, y desde entonces no lo he visto regresar. Lo he buscado debajo de las piedras, lo busqué en dónde nadie más ha estado, lo busqué en los amaneceres, caminé por el crepúsculo, le rogué que volviera desde la orilla de la playa, subí el cerro más alto para encontrarlo aún por sobre las nubes, abrí mis ojos bajo el mar, tantee la niebla con los dedos para encontrarlo, le susurré mi petición desesperada a las nubes: su regreso. Una noche me respondió el frío. Me dijo que lo llamara por su nombre, que lo buscara debajo de las piedras, que lo buscara dónde nadie más ha estado, que viera en las luces de los amaneceres, que caminara bajo el crepúsculo, que le rogara que volviera desde la orilla de la playa, que subiera el cerro para verlo desde arriba de las nubes, que abriera mis ojos bajo el mar, que tanteara la niebla con los dedos, que le susurrara por su

He estado tanto tiempo evitando sentir, huyendo cuando las cosas se ponen serias, tanto tiempo siendo el primer amor y la primera en romper un corazón. Sólo se huir, no tienes idea de que tan grande es el instinto, la inseguridad, el temor, la rabia, el descontrol  y las ganas de tomar decisiones patéticas... De dejarte para que no me dejes. No soy buena, he sido peor, y francamente ya no sé lo que soy, no sé que siento y no se como reaccionar cuando algo se me va de las manos, y te me estás yendo, te estas escapando de mi control, estás jugando con mi mente y no sé si debo permitirlo un poco más o debo correr... Pero no quiero correr, no quiero ser débil, no quiero someterme, no quiero amarte. Porque si te amo y no me amas... Voy a desear haber huido cuando pude.

Hoy  no hay nota de momento, pero paso a dejar un aviso: Para las personas que siguen los dibujos de Mi demonio y yo, vamos a empezar a publicar las viñetas en una página (ya anunciaremos cuál a más tardar el viernes) pero además empezarán dos historias nuevas, empezando por Ale&Ro. El blog se actualiza cada dos días más o menos así que esperen la nota :x

Un minuto más, un cigarro más, otro paso al frente, otro año de vida menos. Fumar así se ha vuelto casi una filosofía, con el paso del tiempo se ha vuelto algo natural como respirar, por irónico que suene, nunca he esperado que alguien lo comprenda, sé que muchos no están listos para ello, y es que la gente no ve lo que les explico, solo ven el cigarro y mis pulmones marchitos, no entienden de razones, solo quieren verme libre de la humadera que voy proporcionando cada vez que exhalo aliento. Me presento, Bruno Alexander Lamberth, ese es mi nombre completo y no hay más apellidos, no porque halla rechazado uno, sino porque honestamente no lo merezco, poco me importa a decir verdad lo que ocurra con la persona a la que mi supuesto segundo apellido debe pertenecer y poco me importa también lo que pase con mi padre, pero bueno, así son las cosas, necesitas un apellido para moverte por el mundo. Hablando de mover el mundo, mencioné hace muy poco un paso al frente, bueno, pue

Nunca voy a volver a ver su sonrisa de nuevo, el brillo de su mirada cuando cree que estoy mejor o cuando la hago reír, su ceño fruncido con mis sarcasmos baratos… Nunca volveré a sentir el perfume de su cabello ese que es como frambuesas, nunca volveré a sentir ni sus abrazos delicados ni los fuertes, porque la voy a perder para siempre, y no puedo hacer nada al respecto. Me arrepiento. Y lo peor es que para variar es demasiado tarde.

Voy a tomar un par de promesas, si me das tu amor y tu odio dejaré de mentirte, y no tendré sombras para ti nunca más. ¿Lo tomas? ¿Lo dejas? Puede ser que esto se trate solo de piel, de uñas y carne, de unirnos como uno o separarnos en miles de trozos, como sea, el trato está en la mesa, firma y sonríe o hiéreme pero no te quedes sin hacer nada. Podría darte mi sueño, mis manos, mi sonrisa, mis sombras, te regalo todo por contrato, ¿dónde firmo para un matrimonio? todo lo que necesito es un "para siempre" un poco más de piel y un poco menos de carne. Dime sí, no pares de decirlo nunca. Un poco más de piel un poco menos de carne. Me he sacado la venda de los ojos, era tu corbata, todo esto es tu invención así que se dulce, sol, porque no volverás a herirme, no soy el suelo que pisas, pero puedo estar ahí una vez más. No me rechaces otras vez. Siempre en el suelo, queriendo más. Menos carne y más piel, para que no puedas herirme a menos que y

¿Quieres sentirte inútil? Enamorate.

Si me ves llorando. Si me ves destrozada. Gritando en silencio. Ahogándome en mis propios lamentos. Apuñalando las almohadas con las uñas. No te preocupes por mí. Voy a estar bien. Solo es otra crisis. Y las crisis se viven en soledad. Porque no quiero que me vean. Porque no quiero que se vayan.

Yo sé lo que oculta tras cada uno de sus pasos. Yo sé lo que estoy callando, lo que oculto, sé porqué lo escondo, sé porque no quiere salir. Por un bien mayor, tal vez por no reabrir una cicatriz.

Porque no quiero hablar de esto. Porque no me siento cómoda hablando de lo que siento, en parte, en gran parte porque no sé como explicarlo, porque estoy tan acostumbrada a no dejarlo salir que hacerlo me mata por dentro. No quiero dar lástima. No quiero que personas me busquen queriendo dar lástima. No quiero escuchar sus problemas. No quiero escuchar lo penoso de sus vidas porque me da rabia, porque me genera odio y pena, y lástima y quiero dar mi vida por ellos, y no puedo. No puedo dejarme de lado. Estoy yo primero. Yo. Ellos. Tengo que recordar ese orden cada día.

Y volvemos a lo mismo, se siguen cayendo las hojas aquí. No puedo cogerlas, siento que si lo hago voy a dedicar mi vida a ello. Y yo con esta vida ya tengo suficiente de lo que preocuparme, suficientes hojas que coger.

"Pide un deseo. Quiero que una droga caiga del cielo. Puro veneno. Que haga del mundo un lugar más ameno." Extremoduro,  Otra inútil canción para la paz. No hay paz. No, no la hay.

Cuando te conocí quise creer que eras como un árbol. Vi en ti las hojas cayendo, vi en ti el dolor de un tronco a medio torcer, al que las raíces sostienen como si en ello les fuera la vida, vi en ti hojas de otro color, vi esperanza, vi dolor, vi un sauce dejando que el viento lo guiara. Tus hojas son azules ahora. Cada rama se agita con el viento, yo no puedo detenerlas, pero puedo acariciarlas, susurrando que vas a estar bien, puedo sentarme en tus raíces y cantar hasta que llegue el sol. Cada vez caen de ti más hojas. Una vez leí que por cada hoja que cae ganas un día feliz, eso si la atrapas antes de que toque el suelo. Estamos teniendo días felices, pero tus hojas siguen cayendo. Lo siento. Mis brazos no son suficientemente grandes, no puedo cogerlas todas. Pero puedo quedarme a tu lado, y cantar hasta que llegue el sol.

<<He estado pensando últimamente. Vale, sé que es algo que hago muy seguido, pero el pensamiento de alguien como y es un poco complejo de entender. No es difícil solo por el hecho de que las cosas en las que pienso son a menudo cosas casi imposibles y muy probables a la vez, quizás solo es que se me está flipando todo aquí dentro en la cabeza y ya no sé reconocer lo que es mentira de lo que es verdad. En estos momentos siento que perder a Bruno no fue algo malo totalmente, y no me refiero a eso por las actitudes que tenía, ni por Victoria en absoluto, sino a que su ida nos ha dado una unión que jamás soñé que llegaríamos a tener, y es que parece que a veces dejar ir a alguien hace las cosas más fáciles, en más de un sentido. Sé que Victoria discrepará conmigo, ella ha perdido a su amigo incondicional, al que siempre estaba allí, dispuesto a saltar de donde fuera por ella, quizás si se hubieran conocido antes la historia habría tenido un bonito final. Pero las cosas son como s

<<Desesperada, busco un lugar para esconderme de la angustia, del miedo... Y sé que lo he encontrado cuando tiende sus brazos hacia mi. Abrazada a él, con el rostro oculto en su pecho me siento otra vez a salvo, porque representa mi refugio y el latir de su corazón es lo único que siento como propio. Permanezco en sus brazos por un tiempo que me parece infinito, me concentro en cada detalle: su cabeza en mi hombro, sus manos apretando mi cintura en un abrazo, el olor de su cu ello. Memorizo casa detalle antes de mirar sus ojos, esos ojos con largas pestañas que me encantan, una sonrisa leve nace de sus labios y contengo el aliento. Sonríe y me hace tan feliz esa sonrisa que como una tonta me envuelvo en su abrazo, su risa es hermosa a mis oídos... Y nos separamos, sé que va a besarme, cierro los ojos, cuando lo vuelvo a abrir ya no hay nada. He despertado.>> El designio de Capricornio.

¿Y cómo puedo yo explicarle mi angustia a alguien que no siente nada? ¿Cómo puedo? No puedo.

Ya no soy capaz de sentir nada. ¿Ese odio? ¿Esa rabia que está acumulada? Te lo juro, sé que existe, pero no la siento. Soy incapaz de sentir hoy, soy incapaz de llorar, ya no logro tener compasión con nada, con nadie, narra para mí tu historia más triste, porque no verás esta expresión de nada cambiar a algo que tenga emoción, porque no verás brillar mis ojos. Tinta malherida.

El peso en mis hombros. No hay problemas en mi respiración, no hoy, no esta noche. No hay lágrimas en mis ojos, no hoy, no esta noche. Hay un peso en mis hombros, esta noche, bajo esta luna cubierta de nubes. Y hay rabia. Y odio. Y dolor. Y hambre. Un hambre que no me pertenece. Ojalá pudiera condenarte por lo que estás haciendo. Ojalá pudiera hacerlo, hoy, esta noche.

Eres la sombra que siempre quise evitar. Eres todo lo malo, todo lo que no debo hacer, todo con lo que no quiero estar, con lo que no debo estar. Eres malo.

Voy a matar esta noche.

Tengo mis propios demonios personales. Sus manos son mi fortaleza, lo que me sostiene. Sus susurros son mi llanto, son mi culpabilidad, solían ser mi inocencia también. No tienen ojos, y no los necesitan para verme, para conocerme. No tienen bocas, pero hablan, susurran, se embeben.

Depresión. Y unas lágrimas que tratan de salir por dos ojos que ya no me pertenecen, ¿cuántas veces quise morir? ¿Cuántas veces?  No hubiera servido de nada.  Las cosas cambian, los amigos pasan, las olas suben y bajan, los recuerdos quedan, lastiman, llenan, marcan y no dejan que avance y yo tampoco quiero avanzar. No quiero dejarlos ir. Voy a tomarlos, a embeberme de cada uno de ellos, a escupir al cielo y al infierno a bailar sobre la tumba de los vivos y a recibir con una sonrisa cada noticia que me traiga muerte, porque ya estoy cansada, porque ya no quiero más palabras vacías más abrazos de nada ni más regaños por no ser lo que quieren que sea, por ser o no diferente. Me pregunto cuando la palabra diferente se tornó tan masiva, tan sin sentido, tan poco particular.  Me gustaba ser diferente, ahora solo significa ser uno más.  Uno más entre millones. Pero no podrán conmigo, no mientras viva, no mientras crea en lo que puedo hacer... O debería decir..

Sin retroceder, sin avanzar, nos consumen los días con el paso del tiempo, quiero ser más, ir más allá, conocer tantos lugares, recorrer tantos caminos, volar a través de tantos cielos, y saltar al borde de tantos acantilados que me olvidé de vivir, quiero tantas cosas que no tengo, que no puedo, que no vendrán y que no llegan que me dejé estar en lo que me corresponde, me olvidé de que tenía obligaciones, de que tengo alguien a quién debo responder. Me olvidé de que esto es un préstamo, de que nada aquí me pertenece, pero voy a enmendar mi error. No importa cuantos hablen, las cosas que digan, las caras que vea, las manos que sienta o los abrazos que vayan tras de mi y tampoco los fantasmas a mi espalda. Estoy cansada de quedarme siempre en el no puedo, de no poder ir a por más de dejar que las cosas fluyan y que el agua se estanque que ya no lo soporto. Cierto, las mentes dulces tienden a explotar, la rabia contenida es la mejor dinamita en casos como el mío, todos estamos locos

Limítense a no morir, a quedarse donde están, a beber del agua que se les dio, a compartir, a acompañar, limítense a dar lo mejor y cuando ya no puedan dar más desaparezcan. Habrán echo suficiente.

Yo, simplemente quería decirte: que amo tus defectos.

Hoy empecé el día con un par de preguntas. Tal vez esto se torne aburrido, tal vez debería no escribirlo o permitir que dejes de leer, pero... No lo sé, supongo que lo esperaba, lo anhelaba, así que no tiene sentido callarlo ahora. Grises, tuve un mundo compuesto de grises amables alguna vez, un mundo que de a poco se fue llenando de negro y blanco, un mundo que estuvo al borde de perder toda nota de diferencia. Luego apareció el azul. Y cambió todo. Al principio solo era una hoja pequeña, había caído desde un gran sauce llorón y reposaba junto a sus raíces anhelando volver a subir, cuando la vi, supe que las cosas iban a tornarse diferentes. Me quedé. En un mundo de grises sin nada en lo que fijarse, no era necesario tener tiempo, hacérselo ni buscarlo, ibas del punto A al punto B, del punto B al punto C y nunca había nada en el camino. Mi camino comenzó a desviarse cada día un poco más hacia el sauce, y podría jurar que cada vez que me desviaba arrojaba una hoja diferente,

-No soy lo que tú buscas, asúmelo. Soy demasiado insignificante como para que alguien como tú necesite una oportunidad que provenga de alguien como yo. Así de simple. -Puede que no seas mi tipo, pero si fueras insignificante no estaría aquí.

No tengo idea, pero quiero averiguarlo, quiero darte la oportunidad de decirme te lo dije si eso es a lo que aspiras, quizás él no sea bueno para mí, pero ahí se encuentra el chiste, en tener la oportunidad de averiguarlo. Mírame, podría quedarme a tu lado y tener el final seguro y feliz para el resto de la vida, y ahora mírame de nuevo, podría estar con él, sufrir o no sufrir, aprender o no aprender, pelear todos los días o amarnos como dos locos... Eh ahí mi decisión ¿entiendes? Yo nunca he apostado seguro.

Tú eras mi secreto mejor guardado. Te llevaba a todas partes oculto, escondido dentro de mi corazón, me hacías sonreír al recordarte, me reía sola, mirando hacia arriba como solo una enamorada puede sonreír. Tú eras mi secreto mejor guardado. Te escribía en todas partes para no olvidarme de ti, te lloraba en las noches y te imaginaba en las tardes, llegué a escribir una novela sobre nosotros. Tú eras mi secreto mejor guardado. Pero yo no fui tan importante para ti. No. Fui. Importante. Así que ahora, tú eres el secreto que quiero olvidar.

Compra un silencio. ¿Qué? Compra un silencio. ¿Cómo...? Con tiempo. Compra un silencio y húndete en él, sumerge tus deseos en su inmensidad y disfruta de un momento que es solo tuyo. ¿Cuánto dura? Solo unos segundos. ¿Por qué? El mundo no está echo para el silencio, por eso hay que comprarlo, con tiempo.

-¿Qué hay de ti, Ro? ¿Cuál es tu mayor deseo? -Quiero ver el mundo arder - murmuro la chica sin alzar la vista del suelo. -¿Disculpa...? - la respuesta había paralizado el humor alegre de Theo, a su lado, Alex se limitó a mirar por la ventana sin musitar palabra. -Quiero ver el mundo arder, como una hoguera - explicó Ro sin perturbarse - quiero escuchar los gritos de las personas, quiero que se pregunten que hubieran echo de haberlo sabido, quiero que se arrepientan de sus errores, que anhelen la vida. -Pero... estás diciendo que quieres matar a todo y a todos - Theo estaba consternado. -Piénsalo bien, no es una respuesta tan ridícula. ¿Cuántas personas realmente sonríen hoy? ¿Quién hace algo por los demás? ¿La conciencia social? ¿El amor al prójimo? Yo no lo veo. -Tiene mucho que ver con eso - Ro retomó la palabra - y también con amor, y compasión, con moral, con virtudes, con errar. No es justo para ti que todos mueran calcinados, no es justo para los demás que vivan per

Si te empeñas en recordar el pasado, si lo que estás viviendo ahora no parece suficiente, si la luz que mantienes la ocultas en tus sombras, si lo poco que dejas ver es solo a medias realidad, entonces, ¿Por qué no te vas por donde viniste? Si antes era todo importante y ahora tus sonrisas son de mala gana, si insistes en que esto nunca se va a dar y tu eterna encrucijada la estás enredando aún más tú mismo, ¿queda acaso, algo por hacer? el tiempo que estás perdiendo, la vida que se está muriendo con él, y la necesidad de un alma valen nada si te estás destruyendo a ti mismo. Las pérdidas son necesarias, y las cosas "buenas" se pueden perder. Los relojes no volverán atrás y todos seguiremos avanzando,

¿Y qué pasa cuando toda mi vida se va corriendo? No puedo pausar los segundos, y definitivamente no basta con romper el reloj, si todo fuera una mentira quizás el hecho de vivir sería más fácil... Yo no puedo vivir con una mentira, pero no voy a morir por una verdad.

Ya conocen los dichos: caras vemos, trastornos mentales... no sabemos.

¿Qué me queda después de un cigarro? ¿Después de una calada? Mi consistencia mortal se va borrando con el humo, y mi cordura se pierde en el dolor de mis pulmones haciendo el esfuerzo por respirar, mis pensamientos se funden con las formas ondulantes que me rodean, mis ojos arden como brazas en la ceniza. No me queda nada, no me deja nada, quiero creer que es así, porque siento que no lo es, siento que deja algo, tal vez ese sea el sentimiento incorrecto... Estoy tan fuera de la vida de todos que preocuparme por mi mismo nunca fue necesario.

A veces es más sencillo olvidar, pero cuando el dolor demanda ser sentido, lo menos doloroso es tomar un lápiz de tinta y dejarlo sobre tu piel, buscando su propio camino. Y será el reflejo lo que dibujes, el reflejo de lo que se está desarrollando dentro de ti. Entinta tus miedos, tus fortalezas, tus virtudes y tus voluntades, tatúa en ti tu constancia y tu dedicación. Algún día mirando al pasado te lo vas a agradecer.