Te mataré
Si algún día decido que no sé que hacer con mi vida, te mataré.
No va a ser fácil, no será simple y te juro que no será rápido, analizaré todas mis posibilidades, e incluso, si lo veo necesario actuaré bajo efectos de drogas adrede para que mi condena baje y tu dolor suba, porque lo digo completamente convencida: te mataré.
No te esperaré fuera de casa, no te observaré ni te enviaré amenazas, no me convertiré en tu sombra, tú nunca sabrás que existo, y cuando lo sepas tampoco sabrás mi nombre, nada va a quedar al azar pero nadie lo notará tampoco, todo va a ser perfecto, tan perfecto que nadie sospechará, nadie sabrá jamás que te mataré, y después de muerta es posible que nadie sepa que fui yo quién acabó con tu vida.
Me regodearé con cada gemido de dolor que sueltes, disfrutaré como nunca he disfrutado al ver el dolor en tus ojos, y el espanto, en cuanto trates de zafarte será mi turno de jugar, pero antes de matarte tendrás que oírme, porque voy a dictar el veredicto final con mis manos, pero no sin antes leerte los cargos de tu condena. Voy a pronunciarlos con todo el dolor y el desprecio que me generan, voy a escupirte con algunos de ellos, al comenzar a leerlos y al acabarlos, y luego te mataré.
Y morirás sabiendo que es justo como castigo.
Morirás sabiendo que lo mereces.
Que tenía que matarte.
No va a ser fácil, no será simple y te juro que no será rápido, analizaré todas mis posibilidades, e incluso, si lo veo necesario actuaré bajo efectos de drogas adrede para que mi condena baje y tu dolor suba, porque lo digo completamente convencida: te mataré.
No te esperaré fuera de casa, no te observaré ni te enviaré amenazas, no me convertiré en tu sombra, tú nunca sabrás que existo, y cuando lo sepas tampoco sabrás mi nombre, nada va a quedar al azar pero nadie lo notará tampoco, todo va a ser perfecto, tan perfecto que nadie sospechará, nadie sabrá jamás que te mataré, y después de muerta es posible que nadie sepa que fui yo quién acabó con tu vida.
Me regodearé con cada gemido de dolor que sueltes, disfrutaré como nunca he disfrutado al ver el dolor en tus ojos, y el espanto, en cuanto trates de zafarte será mi turno de jugar, pero antes de matarte tendrás que oírme, porque voy a dictar el veredicto final con mis manos, pero no sin antes leerte los cargos de tu condena. Voy a pronunciarlos con todo el dolor y el desprecio que me generan, voy a escupirte con algunos de ellos, al comenzar a leerlos y al acabarlos, y luego te mataré.
Y morirás sabiendo que es justo como castigo.
Morirás sabiendo que lo mereces.
Que tenía que matarte.
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