Unas Notas Diarias

Los muertos sonrieron, la recibieron encantados, sus huesos garras, aferradas a la piel de quién moría. Calaveras animadas, bocas sin piel ni carne buscando vida que robar de su sangre, anhelando probar su corazón. Quizá buscando... Sentirse vivos.

-¿Ya vas a dejar de autocompadecerte? Porque permíteme decirlo: es una imagen patética.  Las frías palabras de la mujer penetraron en su pecho como una bala rápida, mortífera y fría. ¿Qué podría saber ella, de todas maneras? ¿Qué sabía de la compasión? ¿Qué sabía del fracaso? Samantha miró con odio a la mujer, destilando rabia e incomprensión por sus ojos oscuros, y la mujer se limitó a dedicarle una sonrisa de mofa. -Tú no tienes idea de nada - le dijo, su sonrisa despareciendo. Samantha continuó traspasando su cuerpo con esa mirada de odio, ahora solo un poco menos intensa que antes, quería matarla por someterla a tanta tortura, por no comprender que necesitaba sentirse miserable al menos por un segundo. -Lo que no te mata te hace más cruel, más frío, más hijo de puta - mencionó la mujer de espaldas a ella. - No tienes ni la menor idea de cuantas veces he estado a punto de morir. Samantha perdió el contacto visual y echó el cuerpo hacía atrás, volviendo a adecua

<<La historia a la que se verán expuestos a continuación, la misma que ahora les voy a relatar no tiene nada que ver con nada que se haya creado antes. No es la típica historia del chico malo y la chica buena, tampoco la de la nerd que se convierte en una mujer hermosa en manos del chico problema o el callado del salón, no es una historia entre dos amigos que descubren que quieren ser más que eso. Es la historia de dos personas que jamás se conocieron, cuyas vidas transcurrieron de forma paralela sin cruzarse jamás, es la historia de dos almas gemelas que no tenían un rumbo fijo y nunca pudieron saber de la existencia del otro.  Pero también es la historia de un beso. Y de un deseo. Y de un "nosotros">> Nuevo  proyecto en proceso: Beautiful Kiss, publicación en enero de 2015.

Nunca digas algo así de nuevo. Querer escapar de la realidad no te convierte en un cobarde, eventualmente si lo analizas puede que incluso solo se trate de valentía camuflada, se puede ser valiente para muchas cosas, vivir, la principal de ellas, y tu sigues viva, da igual si prefieres pasar todo el día leyendo o todo el día en un mundo virtual, estás viva, comes, duermes, respiras, sonríes, y aún cuando derramaras lágrimas sería ello parte esencial de estar vivo. No podría explicarlo con palabras, pero tampoco creo que pudiera con dibujos, es que no es sencillo. Pero lo que sé, es que una persona asustada puede elegir entre hacer y no hacer, y probar su valor eligiendo, un cobarde no elige, solo corre.