Sin retroceder, sin avanzar, nos consumen los días con el paso del tiempo, quiero ser más, ir más allá, conocer tantos lugares, recorrer tantos caminos, volar a través de tantos cielos, y saltar al borde de tantos acantilados que me olvidé de vivir, quiero tantas cosas que no tengo, que no puedo, que no vendrán y que no llegan que me dejé estar en lo que me corresponde, me olvidé de que tenía obligaciones, de que tengo alguien a quién debo responder. Me olvidé de que esto es un préstamo, de que nada aquí me pertenece, pero voy a enmendar mi error. No importa cuantos hablen, las cosas que digan, las caras que vea, las manos que sienta o los abrazos que vayan tras de mi y tampoco los fantasmas a mi espalda. Estoy cansada de quedarme siempre en el no puedo, de no poder ir a por más de dejar que las cosas fluyan y que el agua se estanque que ya no lo soporto. Cierto, las mentes dulces tienden a explotar, la rabia contenida es la mejor dinamita en casos como el mío, todos estamos locos