Justicia

Depresión.

Y unas lágrimas que tratan de salir por dos ojos que ya no me pertenecen, ¿cuántas veces quise morir? ¿Cuántas veces? 

No hubiera servido de nada. 

Las cosas cambian, los amigos pasan, las olas suben y bajan, los recuerdos quedan, lastiman, llenan, marcan y no dejan que avance y yo tampoco quiero avanzar.

No quiero dejarlos ir. Voy a tomarlos, a embeberme de cada uno de ellos, a escupir al cielo y al infierno a bailar sobre la tumba de los vivos y a recibir con una sonrisa cada noticia que me traiga muerte, porque ya estoy cansada, porque ya no quiero más palabras vacías más abrazos de nada ni más regaños por no ser lo que quieren que sea, por ser o no diferente.

Me pregunto cuando la palabra diferente se tornó tan masiva, tan sin sentido, tan poco particular. 

Me gustaba ser diferente, ahora solo significa ser uno más. 

Uno más entre millones.

Pero no podrán conmigo, no mientras viva, no mientras crea en lo que puedo hacer... O debería decir... en lo que no puedo hacer.

No puedo matar.
No puedo herir de gravedad.
No puedo usurpar.
No puedo mentir.

Entre más me lo prohíbes más es el hambre, más es el ansia.

Entre más me lo prohíbes más me gusta, más me alimenta, más me llena, y más me gusta la acción de cometer. Podría matarlos a todos solo por dos segundos de ese sentimiento, solo por sentir la sangre ajena corriendo por mis manos, solo por provocar terror en alguien más. 

Podría hacer tantas cosas que se me prohíben...

Matar a tantas personas que deberían ser eliminadas...

Quemar tantas etiquetas... y eliminar a lo que ellos llaman diferente.

Voy a tomar la rabia, voy a tomar toda la ira y voy a hacer que este mundo de un paso hacia atrás, porque yo creo, porque creo en que la mayor justicia estará en las manos de quién mate a los que nos asesinan día a día indirectamente, creo que la justicia será lo que yo quiera que sea, y lo que ahora mismo quiero es la sangre de todos aquellos que devoraron las esperanzas de quienes no tenían nada más.

Pero no debo adelantarme a los acontecimientos...

No debo adelantarme a dar nombres... Ni a provocar más alboroto del que necesito.

Tú me seguirás, serás mi sombra, mi cadena y mi escudero, serás la mano a quién guiaré para tomar parte en mis acciones... Tú vas a ser quién entierre el cuchillo en el corazón de estas personas... Y no vas a arrepentirte ni una sola vez.

Tú vas a ser lo que yo no pude.

Voy a tomarte ahora.

Vamos a darle a este mundo...

Un poco de justicia.

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