Ana (I)
Ana se estaba muriendo.
Se iba muy de a poco y nadie parecía darse cuenta.
A veces se le iba el habla, y pasaba los días en completo silencio. A veces se le iba el color, y parecía pálida como un fantasma.
A veces dos ojeras se colgaban de sus ojos como tristes marcas entre rojas y violetas.
Nadie parecía darse cuenta de que pronto iba a desaparecer.
Se iba muy de a poco y nadie parecía darse cuenta.
A veces se le iba el habla, y pasaba los días en completo silencio. A veces se le iba el color, y parecía pálida como un fantasma.
A veces dos ojeras se colgaban de sus ojos como tristes marcas entre rojas y violetas.
Nadie parecía darse cuenta de que pronto iba a desaparecer.
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