Es en medio del desvelo de los sueños, atrapada entre la visión borrosa de un cansancio invisible que me planteo hacer tantas cosas que no llegaré a hacer en realidad, que me cuestiono sobre cosas que antes no me cuestionaba y que pretendo ser mejor cuando ayer me había prometido lo mismo sin llegar a cumplirlo hoy.

Es en el velo de la noche, esperando el amanecer, contando las horas que quedan para oír los primeros (y molestos) cantos de las aves despertar con la primera helada de la mañana, mientras escucho en unos audífonos que si muevo un poco cortan el sonido y por ello mantengo sobre mi pecho con cuidado, el sonido de un pandero acotado dentro de lo que parece un piano la canción de una serie que por mucho tiempo me cautivó. Ice de Madoka, la melodía de las cuerdas, el piano, todo invita a que te centres en un mundo lejano, un mundo suave y nuevo donde todo es hermoso y melancólico a la vez.

¿Me sentiré sola en este mundo lleno de gente?

Tal vez sí, tal vez no. Tanto miedo a fracasar no me deja vivir como quisiera, pero se que lo vaga no puede durarme mucho más, yo también tengo pactos que cumplir. Pero no tendré nunca más miedo de perderle a él, porque es lo único que está seguro en mi vida, y hasta eso es mucho decir.

Comentarios

Entradas populares de este blog

:)

No esta noche

El vendedor de sueños