Había una vez


Había una vez una mujer rota, un hombre roto, un sauce y una frugal mariposa.

Había una vez un tronco partido, un ala rota.

Había una vez una mujer sola, cuya sombra encajaba por la luz que daba la ventana mientras acariciaba el pelaje de un gato demasiado silencioso.

Había una vez un hombre cuya sombra encajaba con la luz de una pantalla mientras la espalda adolorida buscaba la posición menos dolorosa para matar el tiempo.

Había una vez una mariposa que sucumbió ante la nieve, y un sauce que se secó desde dentro de su corazón.

Había una vez en medio de toda la nieve una loba blanca y un lobo ciego.

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